Esencia - Sailor Bob Adamson
Intenta encontrar un punto de ese cuerpo, cualquiera, en el que puedas asegurar que ahí empieza, desde donde éste comenzó.
Entonces, te darás cuenta de que no hay ningún punto en absoluto en el que puedas decir que ahí comenzó.
Observa con más cuidado, ¿de qué está hecho este cuerpo? Y te das cuenta que este cuerpo está hecho de elementos. Está hecho de aire, tierra, fuego, agua, espacios. Al igual que los elementos que te rodean.
Si crees que estás separado, sepárate a ti mismo de los elementos. Eliminen el aire. Observen cuánto tiempo pueden durar sin aire.
El cuerpo es 80% agua. Eliminen el agua y vean si pueden separarse de eso.
Eliminen el fuego, la temperatura del cuerpo, el espacio, la Tierra.
Se darán cuenta que no pueden estar separados de nada de eso.
¿Y de qué están hechos esos elementos? Podemos reducir esos elementos a partículas subatómicas hasta llegar a la energía pura.
Entonces, este cuerpo no es otra cosa que un patrón vibratorio de energía.
Observa la mente, ¿crees que eres esta entidad mental?... Mi mente esto, mi mente aquello. Muéstrame tu mente!
Puede alguien mostrarme una cosa llamada mente?... La buscas y no eres capaz de encontrar nada, nada que tenga sustancia, o una naturaleza independiente que sea por sí misma. Por eso es la mente. Investiga y date cuenta que no hay tal cosa como una mente separada de un pensamiento. “Pensar es a lo que llamamos mente”.
Bueno, si crees que eres la mente, serás un pensamiento y ¿qué pensamiento en particular serías?
El Sentido de Presencia se traduce a través de la mente como el pensamiento “Yo Soy”. Ese es el pensamiento primario, pero, ¿tú eres ese pensamiento? Entonces, te das cuenta de que, si tú fueras ese pensamiento, no lo perderías de vista. Pero no está ahí todo el tiempo, todo el día. No está cuando duermes en la noche. No está ahí cuando estás anestesiado o inconsciente.
El funcionamiento de la Esencia de la Vida continúa sin el pensamiento. Por eso tienes que darte cuenta que tú no puedes ser un pensamiento.
Y ¿qué es un pensamiento, después de todo? Bueno, observa en silencio cuando estás pensando, o algún movimiento sutil aparentemente yendo hacia alguna dirección en ese patrón llamado cuerpo.
Cuando pronuncias palabras, como éstas ¿qué son las palabras?... Las palabras son sonido. Y ¿qué es el sonido? El sonido es vibración. Y ¿qué es una vibración? Un movimiento de energía.
Entonces, el cuerpo se descompone en energía. La manifestación se descompone en energía.
Los pensamientos o la mente se descomponen en energía. Entonces, no hay nada en ese patrón vibratorio de energía. No uso la palabra Dios aquí, porque podría confundirlos con ese término. Venimos de diferentes religiones, te formarás una idea errónea porque lo relacionarás con tu creencia tradicional, pero uso el término Inteligencia-Energía, pero hay que entender que también es un concepto. Que no es ESO. Es tan sólo una forma de expresarlo.
Y cuando estoy hablando acerca de Inteligencia-Energía no hablo de sus intelectos. Pero cuando hablo de Inteligencia, estoy diciendo: Observa la naturaleza! Eso es lo que apuntamos como el estado natural. Mira la naturaleza. Y observas la naturaleza y ves que hay galaxias allá fuera formándose, planetas moviéndose. La tierra moviéndose alrededor del Sol. El cambio de estaciones. Las mareas yendo y viniendo. ¿No implica eso que la naturaleza está impregnada de esa Inteligencia innata?
No hay ningún anciano en una nube moviendo hilos. Que si le rezas, puedes hacer esto o lo otro. O si haces algo malo, él te dirá: largo de aquí!
ESO está impregnando cada partícula. Y tú no eres diferente de la naturaleza. ESO está impregnando cada partícula, cada célula en ese cuerpo al que llamas tú.
¡No dejes todo allá afuera en la naturaleza!.. Tráelo hasta ti! Y date cuenta que esa misma inteligencia está latiendo tu corazón ahora. Está respirándote.
Está creciendo tu cabello, y tus uñas, está digiriendo tu comida, reemplazando las células en tu cuerpo, todo naturalmente y sin esfuerzo. ¿Acaso tienes que pensar en alguna de esas cosas?
Confías mucho en la mente pero observa todo lo que acontece en el cuerpo… sin el pensamiento.
Te das cuenta que es la Esencia de la Vida la que está haciendo todo.
Observa, observa con más cuidado.
Crees que eres este cuerpo-mente, de acuerdo, ¿cuándo comenzaste? Dirás: cuando nací!
Pero, ¿puede alguien realmente recordar su nacimiento?... Analízalo!
Mira hacia atrás y date cuenta que sólo puedes llegar más o menos hasta los dos años, dos años y medio. Más allá de eso, tú no te acuerdas.
No lo recuerdas, simple y sencillamente porque la capacidad de razonamiento no se había desarrollado en ti. No habías aprendido ninguna palabra.
Regrésate un poco más… ¿dónde comenzaste?... si te regresas hasta tu padre o tu madre, puedes ver esa Esencia de Vida emanando. Es Inteligencia-Energía que forma patrones, que da forma a ese patrón llamado tu padre, permitió que un esperma formara, en ese patrón, una diminuta partícula microscópica, imperceptible.
La misma Inteligencia-Energía que emana de la Esencia de Vida de tu madre, generó un cigoto, permitió que se formara un huevo en ese patrón. Otra partícula microscópica. Ese cigoto fue impregnado de Inteligencia, porque sabía qué hacer. Se adhirió a la pared del útero. No estaba flotando accidentalmente a lo tonto. Y el esperma estaba impregnado de inteligencia, porque nadó hasta el óvulo. Él sabía qué hacer.
Una diminuta partícula microscópica y TÚ, no tienen nada que ver con eso, con la entidad que crees ser.
Y cuando ambos se juntaron, el esperma supo cómo penetrar el óvulo cuando estos dos… “el plano arquitectónico” que te formó estaba en ambas células, confluyendo.
El “plano arquitectónico” que te formó, sabía qué hacer.
Así que nosotros no dijimos, no hicimos nada… No dijimos “crezcamos algunos dedos o un brazo, o una pierna, o un corazón o un pulmón”.
La Inteligencia-Energía sabía qué hacer.
Y esa célula se duplicó, y nos duplicamos, y nos volvemos a duplicar, y el “plano arquitectónico” que eras TÚ, formó ese pequeño patrón, un pequeño embrión, un pequeño feto. Cuando llegaste, ¿acaso dijiste: “ya estoy fuera, tomaré mi primer aliento?” o ¿tuviste que aprender a prenderte de un pezón a mamar?
Esa Esencia de Vida que te formó supo qué hacer desde entonces, y te está creciendo y te ha vivido desde siempre.