El Ojo del Presente. Juan Luis Merino Linares
Con todos los respetos a las múltiples facetas por las que todos transitamos... Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Es un refrán muy conocido en España. Por mucho que el ego se adorne y "mejore", ego se queda. Y lleva con el su sombra de miedos, culpa, sufrimiento, soledad, escasez, violencia... lo lleva donde quiera vaya, más o menos barnizadito.
Es mucho más relajado descubrir que no somos el ego. Es el gran alivio: Ver realmente "con el Ojo del presente" que somos el ser en el que ocurren todas las cosas, incluidos los pensamientos, imágenes, sentimientos que forman lo que llamamos ego. Puede decirse que el ego ocurre en nosotros, en nuestra apertura consciente y cuando vemos que no somos el, si no El Conocedor en el que todo ocurre, y vemos que este Conocedor es el Ser, Consciencia y Felicidad que realmente nos constituye, deja de interesarnos el mejoramiento y espiritualización del ego, porque hemos visto que "el pastel", el Cielo que añoramos está en otro "lugar", aquí en lo más cercano, en el Ser que realmente Somos. [if !supportLineBreakNewLine] [endif]